Un códice de catecismo para los indígenas mexicanos, realizado en el siglo xvi por Fray Pedro de Gante y recreado por personal del Departamento de Exposiciones de la Secretaría de Cultura de Quintana Roo, es la pieza del mes de diciembre en el lobby del Museo de la Cultura Maya.
La secretaria estatal de Cultura, Cora Amalia Castilla Madrid, comentó al respecto que, por indicaciones del gobernador Roberto Borge Angulo dicha dependencia desarrolla actividades que exaltan el espíritu navideño, luego del extraordinario éxito alcanzado por el Festival de Cultura del Caribe.
Respecto de la pieza del mes, cabe recordar que las órdenes religiosas llegadas a México intentaron de muchos modos convertir a los indios a la fe católica. Una de estas maneras fue conmutar sus festejos paganos por las tradiciones navideñas.
Efectivamente, en 1522 el emperador Carlos V solicita al papa Adriano VI misioneros para los territorios de la Nueva España recién conquistados por Hernán Cortés. Jean Glapion, un fraile franciscano consejero y confesor del emperador, fue escogido. Glapion logró reclutar a otros hermanos de su orden, entre ellos Fray Pedro de Gante.
Los franciscanos flamencos partieron el 27 de abril de 1522, arribando a España en julio. Glapion morirá antes de embarcar para América, y los restantes frailes parten el 31 de mayo de 1523, desembarcando en Veracruz el 13 de agosto de ese año.
Fray Pedro y sus compañeros (Juan de Tecto y Juan de Aora) se dirigen a México-Tenochtitlan. Pero la ciudad se encuentra en estado caótico, y asolada por la peste. A sugerencia de Cortés, se trasladan a Texcoco.
Allí se dedican a estudiar el náhuatl, comprendiendo la necesidad de comunicarse en la lengua del lugar. Pedro permanecerá en Texcoco un tiempo, mientras los otros dos frailes se unen a la expedición de Cortés a Honduras, en la que perderán la vida.
Ya de regreso en la ciudad de México, De funda la escuela de San José de Belén de los Naturales, junto al convento de San Francisco. Esta institución estaba dedicada a instruir, particularmente, a los hijos de la nobleza local. En ella adoptará un método de internado similar al empleado por los antiguos mexicas, con el propósito de suministrar educación religiosa y crear al mismo tiempo un grupo misionero que reproduzca y difunda la religión con capacidad de predicar en las distintas lenguas de las culturas de Mesoamérica.
Su dedicación fue completa: “En el día enseño a leer, escribir y cantar; en la noche, doctrina cristiana y sermones” dijo. Uno de sus alumnos fue Diego de Valadés, hijo de un español y una tlaxcalteca, que será el primer mestizo ordenado fraile en América, en 1547.
La secretaria estatal de Cultura, Cora Amalia Castilla Madrid, comentó al respecto que, por indicaciones del gobernador Roberto Borge Angulo dicha dependencia desarrolla actividades que exaltan el espíritu navideño, luego del extraordinario éxito alcanzado por el Festival de Cultura del Caribe.
Respecto de la pieza del mes, cabe recordar que las órdenes religiosas llegadas a México intentaron de muchos modos convertir a los indios a la fe católica. Una de estas maneras fue conmutar sus festejos paganos por las tradiciones navideñas.
Efectivamente, en 1522 el emperador Carlos V solicita al papa Adriano VI misioneros para los territorios de la Nueva España recién conquistados por Hernán Cortés. Jean Glapion, un fraile franciscano consejero y confesor del emperador, fue escogido. Glapion logró reclutar a otros hermanos de su orden, entre ellos Fray Pedro de Gante.
Los franciscanos flamencos partieron el 27 de abril de 1522, arribando a España en julio. Glapion morirá antes de embarcar para América, y los restantes frailes parten el 31 de mayo de 1523, desembarcando en Veracruz el 13 de agosto de ese año.
Fray Pedro y sus compañeros (Juan de Tecto y Juan de Aora) se dirigen a México-Tenochtitlan. Pero la ciudad se encuentra en estado caótico, y asolada por la peste. A sugerencia de Cortés, se trasladan a Texcoco.
Allí se dedican a estudiar el náhuatl, comprendiendo la necesidad de comunicarse en la lengua del lugar. Pedro permanecerá en Texcoco un tiempo, mientras los otros dos frailes se unen a la expedición de Cortés a Honduras, en la que perderán la vida.
Ya de regreso en la ciudad de México, De funda la escuela de San José de Belén de los Naturales, junto al convento de San Francisco. Esta institución estaba dedicada a instruir, particularmente, a los hijos de la nobleza local. En ella adoptará un método de internado similar al empleado por los antiguos mexicas, con el propósito de suministrar educación religiosa y crear al mismo tiempo un grupo misionero que reproduzca y difunda la religión con capacidad de predicar en las distintas lenguas de las culturas de Mesoamérica.
Su dedicación fue completa: “En el día enseño a leer, escribir y cantar; en la noche, doctrina cristiana y sermones” dijo. Uno de sus alumnos fue Diego de Valadés, hijo de un español y una tlaxcalteca, que será el primer mestizo ordenado fraile en América, en 1547.