BUENOS AIRES, Argentina.- Ni siquiera la lluvia detuvo a los fanáticos del músico Gustavo Cerati, formando filas durante toda la noche en la Legislatura de Buenos Aires para darle el adiós a su ídolo, en un velorio que ya cumplió más de 12 horas.
La ceremonia luctuosa comenzó la víspera, poco antes de las 22:00 horas, cuando las puertas del recinto legislativo de la capital se abrieron para permitir el paso a los admiradores de Cerati, que ya habían organizado una fila de 20 calles.
Un grupo de guardias ordenó el ingreso, cada tanto, de pequeños grupos de familias, parejas, amigos o mujeres y hombres solos de todas las edades que se acercaron a rendir su pequeño homenaje al artista.
Los rostros serios que había antes de entrar a la Legislatura salían cubiertos de lágrimas después de haber pasado por el féretro que permaneció cerrado y, de a poco, fue cubierto de flores, banderas y rosarios.
Algunos, más que por Cerati, se contagiaron del dolor de su madre Lilian Clark, quien estaba en un salón contiguo y miraba desde una puerta de vidrio la emotiva despedida de los miles de fans que la apoyaron durante el tiempo que su hijo estuvo en coma.
Clark estaba acompañada por su hija, Laura Cerati, y por los dos hijos de Gustavo, Benito y Lisa, quienes también agradecieron la fidelidad y las muestras de afecto que recibieron siempre por parte del público que admiraba a su papá.
La muerte de Cerati fue noticia de portada de todos los diarios argentinos, además de que algunos canales de televisión pusieron un moño negro en la pantalla en señal de duelo, y en la mayoría de los programas hubo homenajes.
Acorde a la época, las redes sociales fueron la principal caja de resonancia de la tristeza que invadió a miles de personas en América Latina por la partida de uno de los íconos del rock más importante de la historia.
Por parte del gobierno, la presidenta Cristina Fernández recordó a Cerati y a otro fallecido prócer de la música argentina, Luis Alberto Spinetta, con una foto que posteó en Facebook, y además decretó dos días de duelo nacional.
Notimex
La ceremonia luctuosa comenzó la víspera, poco antes de las 22:00 horas, cuando las puertas del recinto legislativo de la capital se abrieron para permitir el paso a los admiradores de Cerati, que ya habían organizado una fila de 20 calles.
Un grupo de guardias ordenó el ingreso, cada tanto, de pequeños grupos de familias, parejas, amigos o mujeres y hombres solos de todas las edades que se acercaron a rendir su pequeño homenaje al artista.
Los rostros serios que había antes de entrar a la Legislatura salían cubiertos de lágrimas después de haber pasado por el féretro que permaneció cerrado y, de a poco, fue cubierto de flores, banderas y rosarios.
Algunos, más que por Cerati, se contagiaron del dolor de su madre Lilian Clark, quien estaba en un salón contiguo y miraba desde una puerta de vidrio la emotiva despedida de los miles de fans que la apoyaron durante el tiempo que su hijo estuvo en coma.
Clark estaba acompañada por su hija, Laura Cerati, y por los dos hijos de Gustavo, Benito y Lisa, quienes también agradecieron la fidelidad y las muestras de afecto que recibieron siempre por parte del público que admiraba a su papá.
La muerte de Cerati fue noticia de portada de todos los diarios argentinos, además de que algunos canales de televisión pusieron un moño negro en la pantalla en señal de duelo, y en la mayoría de los programas hubo homenajes.
Acorde a la época, las redes sociales fueron la principal caja de resonancia de la tristeza que invadió a miles de personas en América Latina por la partida de uno de los íconos del rock más importante de la historia.
Por parte del gobierno, la presidenta Cristina Fernández recordó a Cerati y a otro fallecido prócer de la música argentina, Luis Alberto Spinetta, con una foto que posteó en Facebook, y además decretó dos días de duelo nacional.
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