
El Festival se desarrolló en un ambiente familiar, con muestras de altares, exposiciones artesanales y gastronómicas, danzas prehispánicas, show de títeres, concursos, así como escenarios musicales que fueron instalados en los carriles laterales de un tramo de la avenida Tulum, la arteria comercial más importante de la cabecera municipal, en específico, desde el entronque de la calle Acuario hasta el entronque de la avenida Satélite.
La presencia de alrededor de 7 mil personas que disfrutaron de las actividades que se realizaron durante este Festival, generó dinamismo en la economía de los comerciantes y restauranteros locales, lo que propició un repunte de cerca del 80 % en el sector turístico, previo a la temporada vacacional de invierno.