(Fotos: Notimex / Cecilia González Ríos)
BUENOS AIRES, Argentina (Notimex).- Palermo se convirtió en el barrio de moda en Buenos Aires gracias a sus múltiples tiendas de diseño, ropa, cafés al aire libre y una intensa vida cultural que disfrutan tanto porteños como extranjeros, para los cuales caminar por estas calles es un paseo obligado.
El epicentro del barrio es la plaza Julio Cortázar, en donde converge la calle Jorge Luis Borges como un urbano y original homenaje a dos de los escritores más importantes de la historia argentina.
A sólo tres cuadras de distancia, en la calle de Thames, se encuentra la sede de la Fundación Ernesto Sabato, el reconocido autor de clásicos argentinos como “Sobre héroes y tumbas” y “El túnel”.
El sello de una ciudad tan literaria como lo es Buenos Aires continúa en esa misma cuadra, pues justo enfrente está la Librería del Pasaje, un agradable espacio en el que se suelen presentar libros, o que se puede visitar simplemente para tomar un café en su patio mientras se hojea alguna obra a elección.
Un poco más retirado, a una decena de cuadras, sobre la calle Honduras, se encuentra “Eterna cadencia”, una de las librerías más bonitas de la ciudad reacondicionada en una vieja casona y en cuya terraza es usual presenciar lecturas de poesía y cuentos.
Los fines de semana la plaza Julio Cortázar, en la que también se cruzan las calles de Honduras y Serrano, se colman de puestos de artesanías, pero sobre todo, de tiendas de diseño de autor que sorprenden por la originalidad de estampados y mezcla de materiales.
Turistas nacionales y extranjeros, y los propios porteños, se compran todo tipo de productos, desde ropa hasta muebles, lámparas, bisutería, jabones artesanales, e incluso cuadros que se exponen en las cada vez más numerosas galerías de la zona.
También abundan las “tiendas de marca” con escaparates que le dan un toque glamoroso a un barrio que ha desatado polémicas en los últimos años por las múltiples y extranjerizadas nomenclaturas aspiracionales con las que se le quiere bautizar.
La zona se convirtió en “Palermo Soho”, en referencia al famoso barrio neoyorquino, pero en otras cuadras se le intenta denominar “Palermo Queen”, “Palermo Holywood”, “Palermo Chico”, “Palermo viejo” y “Alto Palermo”.
Más allá de los debates por el nombre, el paseo por el barrio incluye una caminata por los Bosques de Palermo, pulmón de la ciudad en el que se puede hacer una pausa para descansar con vista a los lagos.
Pero si de disfrutar se trata, nada como tomar un café en las mesas al aire libre durante el día, y cambiarlo por un trago en las agitadas noches palermitanas que comienzan con la cena de todo tipo de cocinas internacionales en sus múltiples y vistosos restaurantes.