MÉRIDA, Yucatán.- Con especial énfasis en flora y fauna, el destacado pintor y escultor yucateco, don José Mercedes Góngora Collí, mantiene una muestra de sus obras en el centro de la ciudad de Mérida, en la calle 64 con 47 A, dentro del barrio Santa Ana.
La historia de don José es digna de contar. Originario de Muna, un municipio ubicado al sur de la capital yucateca, el maestro cuenta que desde pequeño se mudó junto a su familia a San Simón, una comunidad ubicada dentro de la demarcación de Santa Elena, cercana al lugar que lo vio nacer. Durante cinco o seis años vivió en esa población hasta que su familia optó por residir en Mérida, lugar donde sus padres consiguieron un mejor empleo para poder solventar los gastos.
Pero fue a la edad de siete años cuando su vida dio un giro importante: su padre recibió una oferta para laborar en una planta de fibra de henequén en la Ciudad México, lo que motivó a que toda la familia se estableciera en esa gran urbe de la que mantiene recuerdos agridulces, pues si bien fue allí donde aprendió el arte que el día de hoy expone, lamenta que durante su estancia en la ciudad haya recibido muestras de discriminación por su origen yucateco.
“Vivíamos en una colonia donde nos discriminaban mucho a los yucatecos. Había problemas seguido porque hablábamos en maya. Allí vivimos 25 años con estos problemas, por el desprecio, pero sigo hablando maya porque es mi origen, es mi cultura”, cuenta orgulloso. “Estudié dos años de pintura a los 17 años. El estudio fue de dibujo publicitario. Me gradué en dos años pero no lo ejercí por la economía que había, no tenía dinero; trabajaba los fines de semana para poder pagar mis colegiaturas”, recuerda.
Entre los años 1975 y 1980, precisa, colaboró como dibujante de historietas en una revista que era dirigida por Gregorio Cárdenas, mejor conocido como “Goyo” Cárdenas “El estrangulador de Tacuba”, un personaje que en la década de los años 40 se hizo conocido por haber cometido una serie de homicidios en esa colonia de la Ciudad de México, donde radicaba. Más tarde, según cuenta don José Mercedes, “Goyo” Cárdenas obtuvo su libertad habiendo estudiado Derecho durante el tiempo que estuvo en prisión. Al salir de la cárcel, fundó la revista donde el pintor yucateco se desempeñó por cinco años.
“Él estuvo en la cárcel de Lecumberri, por homicidio. Dentro de la cárcel estuvo estudiando para abogado, se pudo defender por sí mismo. Saliendo de la cárcel, aprendió de los presos, sus problemas, entonces él empezó a hacer una historieta que a nosotros nos tocó la suerte de dibujar. Es una historieta de 32 páginas que salía como entre 1975 y 1980. Hicimos varias. Eran casi todos nuestros dibujos en esas historietas con un dibujante que se llama Alejandro Amaya, quien era mi patrón y era el que recibía las historietas”, explica.
“Al pasar esos cinco años, yo vine a Yucatán. La necesidad de sobrevivir, porque acá no había historietas, me obligó a buscar en qué vivir, porque no tenía otra forma más que saber dibujar y aprendí el arte de las letras. Y los rótulos me sacaron adelante: durante 25 años estuve rotulando hasta llegar a retomar la pintura de cuadros, que lo hacía muy poco antiguamente y ahorita estoy metido al cien por ciento con el arte de cuadros. Mi tema son las aves y las selvas”.
Entre sus obras, las cuales ha expuesto en diversos municipios del estado, en el teatro José Peón Contreras y diferentes galerías de la ciudad de Mérida, recrea leyendas tradicionales del mundo maya, como la historia del “Ojo de Venado”, “Huay Chivo” y “Huay Pek”, entre otras.
Si desea conocer más detalles sobre el trabajo de don José Mercedes, puede comunicarse con él a través del número de celular (999) 191 2282, o acudir a la calle 64 con 47 A, en el barrio de Santa Ana, los días sábados de 9:00 a 13:00 horas.
La historia de don José es digna de contar. Originario de Muna, un municipio ubicado al sur de la capital yucateca, el maestro cuenta que desde pequeño se mudó junto a su familia a San Simón, una comunidad ubicada dentro de la demarcación de Santa Elena, cercana al lugar que lo vio nacer. Durante cinco o seis años vivió en esa población hasta que su familia optó por residir en Mérida, lugar donde sus padres consiguieron un mejor empleo para poder solventar los gastos.
Pero fue a la edad de siete años cuando su vida dio un giro importante: su padre recibió una oferta para laborar en una planta de fibra de henequén en la Ciudad México, lo que motivó a que toda la familia se estableciera en esa gran urbe de la que mantiene recuerdos agridulces, pues si bien fue allí donde aprendió el arte que el día de hoy expone, lamenta que durante su estancia en la ciudad haya recibido muestras de discriminación por su origen yucateco.
“Vivíamos en una colonia donde nos discriminaban mucho a los yucatecos. Había problemas seguido porque hablábamos en maya. Allí vivimos 25 años con estos problemas, por el desprecio, pero sigo hablando maya porque es mi origen, es mi cultura”, cuenta orgulloso. “Estudié dos años de pintura a los 17 años. El estudio fue de dibujo publicitario. Me gradué en dos años pero no lo ejercí por la economía que había, no tenía dinero; trabajaba los fines de semana para poder pagar mis colegiaturas”, recuerda.
Entre los años 1975 y 1980, precisa, colaboró como dibujante de historietas en una revista que era dirigida por Gregorio Cárdenas, mejor conocido como “Goyo” Cárdenas “El estrangulador de Tacuba”, un personaje que en la década de los años 40 se hizo conocido por haber cometido una serie de homicidios en esa colonia de la Ciudad de México, donde radicaba. Más tarde, según cuenta don José Mercedes, “Goyo” Cárdenas obtuvo su libertad habiendo estudiado Derecho durante el tiempo que estuvo en prisión. Al salir de la cárcel, fundó la revista donde el pintor yucateco se desempeñó por cinco años.
“Él estuvo en la cárcel de Lecumberri, por homicidio. Dentro de la cárcel estuvo estudiando para abogado, se pudo defender por sí mismo. Saliendo de la cárcel, aprendió de los presos, sus problemas, entonces él empezó a hacer una historieta que a nosotros nos tocó la suerte de dibujar. Es una historieta de 32 páginas que salía como entre 1975 y 1980. Hicimos varias. Eran casi todos nuestros dibujos en esas historietas con un dibujante que se llama Alejandro Amaya, quien era mi patrón y era el que recibía las historietas”, explica.
“Al pasar esos cinco años, yo vine a Yucatán. La necesidad de sobrevivir, porque acá no había historietas, me obligó a buscar en qué vivir, porque no tenía otra forma más que saber dibujar y aprendí el arte de las letras. Y los rótulos me sacaron adelante: durante 25 años estuve rotulando hasta llegar a retomar la pintura de cuadros, que lo hacía muy poco antiguamente y ahorita estoy metido al cien por ciento con el arte de cuadros. Mi tema son las aves y las selvas”.
Entre sus obras, las cuales ha expuesto en diversos municipios del estado, en el teatro José Peón Contreras y diferentes galerías de la ciudad de Mérida, recrea leyendas tradicionales del mundo maya, como la historia del “Ojo de Venado”, “Huay Chivo” y “Huay Pek”, entre otras.
Si desea conocer más detalles sobre el trabajo de don José Mercedes, puede comunicarse con él a través del número de celular (999) 191 2282, o acudir a la calle 64 con 47 A, en el barrio de Santa Ana, los días sábados de 9:00 a 13:00 horas.