Resultado de tatuarse una imagen del Che Guevara con henna negra en el antebrazo. / Royal Preston Hospital |
El caso de Guadix, sucedido en 2005, es un ejemplo muy llamativo de los riesgos que se corren al hacerse un pseudotatuaje de este tipo, tan propicio en periodos estivales por su corta duración: en unos diez días, 20 a lo sumo, el tribal o la letra china habrán desaparecido. Pero sobre todo es un ejemplo perfecto del desconocimiento que existe sobre este riesgo, que lleva incluso a un consistorio a poner en peligro la salud de sus niños. “Las autoridades no tienen ni idea de este problema, incluso muchos tatuadores lo desconocen”, explica el dermatólogo Leopoldo Borrego, responsable de varios trabajos que analizan cómo estos pseudotatuajes amateur están estropeando veraneos cada año.
Los niños suelen ser
las principales víctimas
de estas graves
reacciones alérgicas
La henna negra, una sustancia ilegal
La PPD es una sustancia coloreada que se utiliza en múltiples productos, como tintes capilares (en concentraciones muy reducidas y siempre prohibida en cejas o pestañas) y textiles, plásticos e impresoras. “Como se trata de sustancias ilegales, es imposible saber el nivel de concentración de PPD que hay en el tinte que se está usando”, alerta Borrego, de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
“Cada año nos encontramos
con nuevos casos,
generalmente recién
llegados de la playa”
Sanidad, a través de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), ha hecho varios llamamientos a la población (PDF) sobre los riesgos de la henna negra, pero el problema no parece haber remitido. No hay más que acudir a un repositorio de estudios médicos para darse cuenta de que cada día hay más y más casos de reacciones alérgicas a la henna adulterada, generalmente en periodos vacacionales, y que se extienden por todo el mundo: el equivalente de la AEMPS en EEUU ha publicado su propia alerta esta primavera.
Lesiones que reproducen los trazos del dibujo de un tatuaje de henna negra, en la espalda de un joven de 17 años. / Hospital Universitario La Paz |
Es por eso que muchos de los estudios médicos que se publican los realizan pediatras, como es el caso de uno de los más recientes, publicado por Edurne Ciriza y otros dos colegas. En él se muestran dos casos de niños con importantes lesiones y marcas causadas por estos tatuajes. “Cada año nos encontramos con nuevos casos, generalmente recién llegados de la playa”, explica.
Campañas y registros
Ciriza lamenta que sean los propios padres los que pongan en riesgo a sus hijos por desconocimiento: “Lo ven como algo divertido e inocuo, como pintarle la cara de colorines en una feria. El motivo de publicar el artículo fue precisamente ese, el de tratar de dar difusión a este problema. Hay que tomar medidas”, alerta Ciriza.
Los expertos reclaman
actuaciones policiales
contra los tatuadores
que usen productos
ilegales
En 2007, el Ayuntamiento de Guadix, como organizador de aquella dolorosa actividad lúdica, aceptó su responsabilidad y anunció que indemnizaría a través de su aseguradora a los 26 menores con más de 340.000 euros. Una lección que sin duda hizo aprendió aquel consistorio, pero que no parece haber llegado mucho más allá.
Pistas para distinguir la nociva e ilegal henna negra
“Cuando se compran productos de forma clandestina, es muy difícil saber lo que estás aplicando; yo he llegado a atender a tatuadores lesionados porque no sabían el riesgo que corrían”, explica Leopoldo Borrego.
Este dermatólogo señala que el color es, obviamente, la manera más directa de identificar la henna negra de la henna convencional no adulterada.
“La henna es un polvo de un color verde grisáceo, que al diluirlo con agua, resulta un tinte de un color marrón verdoso”, indica.
Si el polvo es negro, malo. Si el tinte resultante es negro, malo. Pero la henna adulterada no es sólo negra, ya que se puede mezclar con tintes de otros colores a gusto del tatuador. Tintes que pueden marcar al tatuado.
“Cuando se compran productos de forma clandestina, es muy difícil saber lo que estás aplicando; yo he llegado a atender a tatuadores lesionados porque no sabían el riesgo que corrían”, explica Leopoldo Borrego.
Este dermatólogo señala que el color es, obviamente, la manera más directa de identificar la henna negra de la henna convencional no adulterada.
“La henna es un polvo de un color verde grisáceo, que al diluirlo con agua, resulta un tinte de un color marrón verdoso”, indica.
Si el polvo es negro, malo. Si el tinte resultante es negro, malo. Pero la henna adulterada no es sólo negra, ya que se puede mezclar con tintes de otros colores a gusto del tatuador. Tintes que pueden marcar al tatuado.