
De manera sorpresiva, Tarantino regreso a las instalaciones de un complejo cinematográfico en el centro de esta ciudad, esta vez para disfrutar de cariño de su público y dejar atrás, lo ocurrido el día anterior en la trifulca entre él y los medios de comunicación.
En esta ocasión el realizador de "Bastardos sin gloria" y "Kill Bill" estuvo por unos momentos en la afueras del complejo para brindar algunos autógrafos e imágenes a sus fieles seguidores, así como a la prensa, que ya lo pudo ver disfrutando de las actividades del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
Con un semblante de emoción Tarantino, saludo a sus fans, que no lo esperaban en el lugar, pero que lo recibieron con el mismo entusiasmo que en las anteriores ocasiones; después tuvieron el placer de ver al cineasta Alejandro Jodorowsky, quien de manera tranquila accedió a estar con su público minutos antes de la exhibición de su cinta.
"Me da mucho gusto ver a tantas personas y me han atendido muy bien", dijo el realizador chileno, quien reconoció que México fue el país que lo ayudo a su realización artística, donde empezó todo.
"Recuerdo a mucho sectores como Carlos Ancira, Blanca Guerra, Héctor Bonilla, hay tantos, me hecho muchos al ruedo y no se quienes queden aún", dijo el creador de películas como "El topo" y ahora "La danza de la realidad" que lo devuelve al séptimo arte después de dos décadas.
"Yo nunca estuve ausente, siempre estuve pensando en cine y tengo paciencia, además de que debo decir que todo lo hago con pasión,", explico Jodorowsky, quien para la cinta "La danza de la realidad" se dio el pequeño gusto de dirigir a su hijo Adanowsky, quien también fue el encargado de hacer la música.
"Es una película que habla sobre la historia de la familia, y a mí me cambio la vida y me siento transformado, además de que musicalice la historia", dijo el músico, quien describió la cinta como una obra maestra, familiar con un contenido," fue maravilloso trabajar en el proyecto".
En la proyección de la cinta estuvieron presentes Edward James Olmos, además del Hijo del Santo.