Tulum, Quintana Roo.- Durante la tarde del pasado miércoles, la falta de coordinación y pasividad de las autoridades quedó en evidencia luego de que una turista estadounidense fuera golpeada por un extranjero que se encontraba practicando kitesurf en las inmediaciones de Playa Esperanza.
Siendo cerca de las 15:30 horas, la fémina que se encontraba nadando a escasos metros de la orilla, fue agredida de manera imprudencial por una persona de sexo masculino que se encontraba practicando este deporte extremo, sufriendo heridas en el cuello producto del roce de la cuerda que sujeta al paracaídas y la tabla que compone al equipo.
No obstante, el agresor no se responsabilizó de lo ocurrido. Y, peor aún, las autoridades dieron muestra de su pasividad al no responder a la solicitud de apoyo que realizaron operadores turísticos y las personas que se encontraban en el lugar.
Tanto personal de Protección Civil como de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) se desligaron de la responsabilidad de atender a la bañista, señalando que el problema no correspondía a su jurisdicción y sugirieron llamar a la Policía Turística.
Luego de varios minutos sin recibir asistencia por parte de las autoridades, los amigos de la turista resolvieron llevarla por su propia cuenta a una clínica particular y solventar los gastos.
En tanto, el agresor, de manera impune, se escondió en las instalaciones de la escuela de kitesurf que se encuentra en Playa Esperanza, negándose a responsabilizarse por las lesiones que provocó.
Más tarde, en las redes sociales, cibernautas expresaron su inconformidad y demandaron a las autoridades que regulen esta actividad, pues claramente pone en riesgo la integridad física de los bañistas y daña la imagen de este destino turístico, que suele caracterizarse por mantener tranquilidad en sus paradisíacas playas.
Siendo cerca de las 15:30 horas, la fémina que se encontraba nadando a escasos metros de la orilla, fue agredida de manera imprudencial por una persona de sexo masculino que se encontraba practicando este deporte extremo, sufriendo heridas en el cuello producto del roce de la cuerda que sujeta al paracaídas y la tabla que compone al equipo.
No obstante, el agresor no se responsabilizó de lo ocurrido. Y, peor aún, las autoridades dieron muestra de su pasividad al no responder a la solicitud de apoyo que realizaron operadores turísticos y las personas que se encontraban en el lugar.
Tanto personal de Protección Civil como de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) se desligaron de la responsabilidad de atender a la bañista, señalando que el problema no correspondía a su jurisdicción y sugirieron llamar a la Policía Turística.
Luego de varios minutos sin recibir asistencia por parte de las autoridades, los amigos de la turista resolvieron llevarla por su propia cuenta a una clínica particular y solventar los gastos.
En tanto, el agresor, de manera impune, se escondió en las instalaciones de la escuela de kitesurf que se encuentra en Playa Esperanza, negándose a responsabilizarse por las lesiones que provocó.
Más tarde, en las redes sociales, cibernautas expresaron su inconformidad y demandaron a las autoridades que regulen esta actividad, pues claramente pone en riesgo la integridad física de los bañistas y daña la imagen de este destino turístico, que suele caracterizarse por mantener tranquilidad en sus paradisíacas playas.