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Con hallazgo del Templo Mayor se revaloró el pasado prehispánico

Este año continúa la séptima temporada de excavaciones; buscan la tumba de Ahuízotl. El gran reto de cara del Museo es una remodelación integra, asegura su director, Carlos Javier González González. Construyen un vestíbulo de recepción para visitantes en la Plaza Seminario MÉXICO, D.F.- El Templo Mayor, el sagrado edificio que fue destruido tras la conquista de la metrópoli indígena y cuyos restos permanecieron ocultos durante cuatro siglos, bajo los cimientos de las construcciones virreinales y decimonónicas en el centro de esta capital, comenzó a tener eco entre los mexicanos, al ser hallado por el antropólogo Manuel Gamio (1883-1960) en 1914, en plena época de la Revolución.

Carlos Javier González González, director del Museo del Templo Mayor, sostuvo que tras el hallazgo de este lugar -construido justo en el sitio donde los peregrinos de Aztlán encontraron un nopal que crecía en una piedra y sobre el cual posaba un águila con las alas extendidas y devorando una serpiente- se revaloró el pasado prehispánico.

El arqueólogo detalló que el proceso de excavaciones se fortaleció en los años siguientes a su hallazgo, por las décadas de los 20 y 30´s, durante la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“El Templo Mayor es producto de la revalorización del pasado prehispánico y de la concientización de lo importante que es conservarlo y difundirlo”, expuso, a la vez que pormenorizó que este año se reanudarán los trabajos de la séptima Temporada de Excavaciones, iniciada en 2007 tras el hallazgo del monolito de la Diosa de la Tierra: Tlaltecuhtli, en el predio conocido como “Casa de las Ajaracas”.

De acuerdo con González González, el equipo -encabezado por el arqueólogo Leonardo López Luján- está en la búsqueda de la tumba real del octavo gobernante mexica: Ahuízotl.

“Seguimos en búsqueda del tlatoani Ahuízotl. Esto parte de una hipótesis asociada con el monolito de la Diosa Tlaltecuhtli, pues se cree que ésta pudiera estar asociada con una tumba real, la de Ahuízol, el tlatoani que precedió a Moctezuma II”, explicó.

Por otro lado, expuso que actualmente el Templo Mayor, dedicado al Dios Huitzilopochtli y a Tláloc (Dios de la Lluvia), presenta trabajados de remodelación en la llamada Plaza Seminario, situada a la izquierda de la Catedral Metropolitana, donde se construye un vestíbulo de recepción para visitantes.

“En el espacio se está haciendo un área de recepción para los visitantes y contará con los servicios de guardarropa, torniquetes y taquilla, además habrá un área de visita para que el público aprecie los hallazgos que tuvieron lugar a raíz de la ejecución de esta obra y que son los restos de un edificio circular llamado Coaxicalco y de los restos de la base de un tronco de árbol delimitado por un arriate”, detalló.

El arqueólogo aseguró que para mantener y preservar tanto el museo como la zona arqueológica, se requiere de un trabajo en equipo, así como de un presupuesto anual de dos millones 600 mil pesos.

“Contamos con un departamento de restauración que trabaja intensamente para lo que es la conservación y la restauración de la colección arqueológica que se exhibe y de la zona.

“El sitio arqueológico es privilegiado, porque estamos en el corazón de la ciudad y todos los recursos técnicos y materiales para su atención están de manera inmediata, a diferencia de un museo de sitio en algún otro estado”, indicó.

González González precisó que el Museo del Templo Mayor es el tercer recinto más visitado del INAH, con un promedio anual de 600 mil visitantes al año; está sólo por debajo del Museo Nacional de Antropología y del Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec.

“El museo recibe en promedio de 50 a 60 mil visitas al mes y anualmente a 600 mil, lo cual es grato, porque esa cifra se ha mantenido desde hace varios años”, señaló el arqueólogo, al tiempo que refirió que el éxito se le atribuye a la colección, a la zona arqueológica y a su ubicación.

Con ocho salas distribuidas en partes iguales, es decir, cuatro en el ala sur y cuatro en el ala norte, el diseño original del museo está inspirado en su zona arqueológica.

El recinto, que en 2017 cumplirá 30 años, tiene un gran reto que cumplir: “su remodelación integra”, aseguró González González.

“La idea es estar renovando los espacios museísticos y actualizando la información, para ofrecer a la gente algo nuevo. Tenemos la necesidad y conveniencia con el INAH de emprender una remodelación del museo.

“Se han hecho de manera parcial, pero debería ser integra y general. Existe una necesidad de espacios en el museo y no son de exhibición, sino para el funcionamiento del propio espacio”, concluyó su director.

Notimex

Video | YouTube / Notimex

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