TULUM, Quintana Roo.- La coordinadora de agentes del Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) en Tulum, Evangelina Merino Kantún, señaló que continúan las investigaciones en torno al caso del taxista que fue privado de la vida en días pasados, agregando que incluso no se puede hablar aún de una línea concluyente.
“Derivado del hecho que se suscitó en días pasados por el homicidio del taxista, se siguen las investigaciones. Por el momento no hay una línea concluyente. Seguimos investigando todas las posibilidades para tener una respuesta y un responsable del hecho. Por el momento no tenemos dato de algún testigo que haya presenciado los hechos o que sepa cuál es el motivo o el modo en que ocurrieron estos hechos”, precisó.
Cabe recordar que el pasado 28 de noviembre fue hallado muerto dentro del taxi con número económico 225, en las inmediaciones de un rancho ubicado sobre el kilómetro 28 de la carretera estatal Tulum-Cobá, un sujeto conocido como Miguel Amar García (a) “Ballenato”, de 41 años de edad, originario de Chetumal, Quintana Roo, quien se desempeñaba como taxista del sindicato local “Tiburones del Caribe”.
De acuerdo con reportes, policías asignados al poblado Francisco Uh May recibieron el aviso de un taxi de la marca Nissan tipo Tsuru, con placas de circulación 11-82-TRW, de cuyo interior se desprendía un fétido olor y escurría sangre, por lo cual una vez confirmado el hecho, se dio parte a elementos de la Procuraduría General de Justicia (PGJE). Una vez habiendo sido notificados de este suceso, las autoridades el Ministerio Público se trasladaron al lugar en donde confirmaron que al interior de la unidad se encontraba un cadáver, por lo que procedieron a remolcar el vehículo hasta las instalaciones de la PGJE en Tulum y a extraer el cuerpo.
Probable ajuste de cuentas
Versiones extraoficiales apuntan a que el homicidio pudo haberse tratado de un ajuste de cuentas, pues de acuerdo al historial del hoy occiso, este en vida se caracterizó por su prepotencia y agresividad, además de que previamente había sido denunciada la unidad 225 del sindicato de taxistas porque su conductor era parte de un grupo de taxistas que extorsionaba y amenazaba a comerciantes, a quienes cobraban una cuota de 10 mil pesos mensuales a cambio de no agredirlos o dañar sus negocios.
“Derivado del hecho que se suscitó en días pasados por el homicidio del taxista, se siguen las investigaciones. Por el momento no hay una línea concluyente. Seguimos investigando todas las posibilidades para tener una respuesta y un responsable del hecho. Por el momento no tenemos dato de algún testigo que haya presenciado los hechos o que sepa cuál es el motivo o el modo en que ocurrieron estos hechos”, precisó.
Cabe recordar que el pasado 28 de noviembre fue hallado muerto dentro del taxi con número económico 225, en las inmediaciones de un rancho ubicado sobre el kilómetro 28 de la carretera estatal Tulum-Cobá, un sujeto conocido como Miguel Amar García (a) “Ballenato”, de 41 años de edad, originario de Chetumal, Quintana Roo, quien se desempeñaba como taxista del sindicato local “Tiburones del Caribe”.
De acuerdo con reportes, policías asignados al poblado Francisco Uh May recibieron el aviso de un taxi de la marca Nissan tipo Tsuru, con placas de circulación 11-82-TRW, de cuyo interior se desprendía un fétido olor y escurría sangre, por lo cual una vez confirmado el hecho, se dio parte a elementos de la Procuraduría General de Justicia (PGJE). Una vez habiendo sido notificados de este suceso, las autoridades el Ministerio Público se trasladaron al lugar en donde confirmaron que al interior de la unidad se encontraba un cadáver, por lo que procedieron a remolcar el vehículo hasta las instalaciones de la PGJE en Tulum y a extraer el cuerpo.
Probable ajuste de cuentas
Versiones extraoficiales apuntan a que el homicidio pudo haberse tratado de un ajuste de cuentas, pues de acuerdo al historial del hoy occiso, este en vida se caracterizó por su prepotencia y agresividad, además de que previamente había sido denunciada la unidad 225 del sindicato de taxistas porque su conductor era parte de un grupo de taxistas que extorsionaba y amenazaba a comerciantes, a quienes cobraban una cuota de 10 mil pesos mensuales a cambio de no agredirlos o dañar sus negocios.