CANCÚN, Quintana Roo (Notimex).- Roberto Gómez Bolaños "Chespirito", quien murió este viernes alejado de sus millones de fans en el mundo, pasó sus últimos días en forma tranquila, entre su habitación y el jardín de su residencia en este destino turístico, donde vivía desde hace años.
El inquilino más importante del complejo "Isla Dorada", permanecía sin contacto con el exterior, debido a los ya añejos problemas de salud que padecía.
De acuerdo con datos proporcionados a mediados de 2014 por personas cercanas a su familia, entre ellos el empresario Tomas Hurtado, quien es pariente de Florinda Meza, los hijos de “Chespirito” lo visitaban con frecuencia.
Según esa información, el actor, quien se inmortalizó con la interpretación de "El Chavo del 8", casi no salía de su habitación y prácticamente desde inicios de 2014 no abandonaba su casa.
Gómez Bolaños cumplió apenas en febrero pasado 85 años de edad en compañía de un reducido círculo de familiares.
Ante su delicada condición de salud, permanecía bajo supervisión médica, con gente alrededor suyo las 24 horas del día.
El creador de otros personajes como "El Chapulín Colorado" tenía días en los que mantenía buen ánimo y otros no tanto, que incluso lo obligaban a permanecer en cama y a usar un tanque de oxígeno.
"Chespirito", por prescripción médica vivía en Cancún desde 2009, junto a su esposa Florinda Meza, y siempre guardaron un bajo perfil, alejados de eventos sociales o relacionados con la actividad cultural o artística.
Si acaso, a finales de la pasada década se le veía con relativa frecuencia en las plazas comerciales de la zona hotelera, pero como una persona cualquiera, sin mayor aspaviento.
Sin embargo, conforme su salud se fue deteriorando, poco a poco permaneció más tiempo en casa.
Su última aparición pública en Cancún fue el domingo 1 de julio 2012, cuando salió a votar en una casilla especial instalada en el Centro de Convenciones de la zona hotelera.
En esa ocasión, su estado de salud lo obligó a presentarse en silla de ruedas y aún enfermo de diabetes y enfisema pulmonar, mostró orgulloso su dedo pulgar como signo de haber emitido su voto.
Gómez Bolaños tiene seis hijos, 12 nietos, muchos de los cuales lo visitaron continuamente en los primeros meses de 2014.
De acuerdo con informes de personas ligadas a su círculo familiar, no pedía nada especial y se alimentaba con lo que su dieta establecía.
“Chespirito” vivía en Cancún después de una operación que le practicaron en la próstata y, posteriormente, tuvo otros males que fueron minando su salud de manera gradual.
Por esta condición fue mantenido aquí, a nivel del mar y no regresó a la Ciudad de México, principalmente por la altitud y la mala calidad del aire que perjudicaban severamente su salud, según informó en su oportunidad a diversos medios su hija Marcela Gómez Fernández.
"Por salud es mejor que no venga para acá, pues el simple viaje lo cansa mucho", precisó Gómez Fernández.
"La altura de la capital mexicana, aunada a la contaminación, es algo que no le beneficia, por eso él está muy bien en Cancún, viviendo al nivel del mar.
“Es el mejor lugar para alguien que padece de problemas respiratorios a consecuencia del tabaquismo que tuvo durante algún tiempo", explicó Marcela a diversos medios.
Por ello, por estos factores de riesgo, el escritor y actor permanecía bajo control y vigilancia las 24 horas e incluso con ambulancias terrestre y aérea disponibles para un eventual traslado de emergencia.
El gran creador, pese a todo y contra todo, no perdía en sus últimos días su costumbre de escribir y aprovechó el tiempo que su circunstancia se lo permitió, para escribir guiones o historias.
Algunas de sus historias recientes quizá sea una gran obra póstuma que sólo acrecentará su leyenda, iniciada hoy tras la desaparición física de “Chespirito”.
El inquilino más importante del complejo "Isla Dorada", permanecía sin contacto con el exterior, debido a los ya añejos problemas de salud que padecía.
De acuerdo con datos proporcionados a mediados de 2014 por personas cercanas a su familia, entre ellos el empresario Tomas Hurtado, quien es pariente de Florinda Meza, los hijos de “Chespirito” lo visitaban con frecuencia.
Según esa información, el actor, quien se inmortalizó con la interpretación de "El Chavo del 8", casi no salía de su habitación y prácticamente desde inicios de 2014 no abandonaba su casa.
Gómez Bolaños cumplió apenas en febrero pasado 85 años de edad en compañía de un reducido círculo de familiares.
Ante su delicada condición de salud, permanecía bajo supervisión médica, con gente alrededor suyo las 24 horas del día.
El creador de otros personajes como "El Chapulín Colorado" tenía días en los que mantenía buen ánimo y otros no tanto, que incluso lo obligaban a permanecer en cama y a usar un tanque de oxígeno.
"Chespirito", por prescripción médica vivía en Cancún desde 2009, junto a su esposa Florinda Meza, y siempre guardaron un bajo perfil, alejados de eventos sociales o relacionados con la actividad cultural o artística.
Si acaso, a finales de la pasada década se le veía con relativa frecuencia en las plazas comerciales de la zona hotelera, pero como una persona cualquiera, sin mayor aspaviento.
Sin embargo, conforme su salud se fue deteriorando, poco a poco permaneció más tiempo en casa.
Su última aparición pública en Cancún fue el domingo 1 de julio 2012, cuando salió a votar en una casilla especial instalada en el Centro de Convenciones de la zona hotelera.
En esa ocasión, su estado de salud lo obligó a presentarse en silla de ruedas y aún enfermo de diabetes y enfisema pulmonar, mostró orgulloso su dedo pulgar como signo de haber emitido su voto.
Gómez Bolaños tiene seis hijos, 12 nietos, muchos de los cuales lo visitaron continuamente en los primeros meses de 2014.
De acuerdo con informes de personas ligadas a su círculo familiar, no pedía nada especial y se alimentaba con lo que su dieta establecía.
“Chespirito” vivía en Cancún después de una operación que le practicaron en la próstata y, posteriormente, tuvo otros males que fueron minando su salud de manera gradual.
Por esta condición fue mantenido aquí, a nivel del mar y no regresó a la Ciudad de México, principalmente por la altitud y la mala calidad del aire que perjudicaban severamente su salud, según informó en su oportunidad a diversos medios su hija Marcela Gómez Fernández.
"Por salud es mejor que no venga para acá, pues el simple viaje lo cansa mucho", precisó Gómez Fernández.
"La altura de la capital mexicana, aunada a la contaminación, es algo que no le beneficia, por eso él está muy bien en Cancún, viviendo al nivel del mar.
“Es el mejor lugar para alguien que padece de problemas respiratorios a consecuencia del tabaquismo que tuvo durante algún tiempo", explicó Marcela a diversos medios.
Por ello, por estos factores de riesgo, el escritor y actor permanecía bajo control y vigilancia las 24 horas e incluso con ambulancias terrestre y aérea disponibles para un eventual traslado de emergencia.
El gran creador, pese a todo y contra todo, no perdía en sus últimos días su costumbre de escribir y aprovechó el tiempo que su circunstancia se lo permitió, para escribir guiones o historias.
Algunas de sus historias recientes quizá sea una gran obra póstuma que sólo acrecentará su leyenda, iniciada hoy tras la desaparición física de “Chespirito”.