El exdiplomático cubano Pedro Díaz Arcia declaró que para que haya una normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, se debe levantar el bloqueo totalmente y se debe regresar al país caribeño el territorio de Guantánamo, donde EE. UU. mantiene una base naval 
MÉRIDA, Yucatán.- Pedro Díaz Arcia, quien por más de 20 años fungió en la diplomacia cubana y actualmente colabora en el periódico peninsular PorEsto! y publica el semanario cultural Unicornio, habló sobre el estado que guardan las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, luego de que ambos gobiernos anunciaran el restablecimiento de la diplomacia entre los dos países, tras 54 años de un permanente bloqueo.Al respecto, Díaz Arcia aclaró que “no es que se vaya a quitar el bloqueo”. Insistió en que para normalizar las relaciones entre Cuba y EE. UU., se tiene que levantar el bloqueo, total y absolutamente, por lo que los cubanos exigen la devolución del territorio de la base naval que ahora está convertida en cárcel. “Es un territorio soberano. Es Guantánamo, al oriente del país, cuya base naval estadounidense se encuentra establecida allí desde 1903, y (los estadounidenses) lo tienen, en contra de la voluntad del pueblo cubano”, dijo.
Recordó que a principios del siglo XX existía un tratado de comercio entre el país norteamericano y el caribeño, mediante el cual los estadounidenses pidieron a los cubanos arrendar, durante 90 años, un puerto para almacenar carbón que abasteciera a sus barcos. Dijo que esto se hizo mediante la Enmienda Platt, un apéndice agregado a la Constitución de Cuba que obedecía a intereses de Estados Unidos y amenazaba con ocupar militarmente la isla en caso de oposición cubana.
“Ese territorio pertenece a la soberanía de Cuba y está usurpado por los Estados Unidos. Además, tienen una cárcel allí donde han torturado y violado los derechos humanos. Tienen a presos allí sin juicio. No defiendo a ninguno de ellos, porque no los conozco ni sé qué hicieron, pero que los tengan allá en Estados Unidos. Pero lo que estamos reclamando no es que cierren la cárcel sino que devuelvan el territorio, y dos condiciones inexcusables para que se normalicen las relaciones entre Estados Unidos y Cuba es que quiten el bloqueo totalmente, que no se ha quitado, y que devuelvan ese territorio usurpado a la soberanía de Cuba”, acentuó.
“Así de simple. O quitan eso o las relaciones no se van a normalizar. Vamos a vivir sin agresiones, ojalá que así sea, pero hay que tener en cuenta que ellos van a estar metidos con lo que llamamos un “golpe suave”. Van a estar penetrando con capitales, sin necesidad de intervención militar ni una Enmienda Platt, que les permitía ingresar a territorio cubano a que nos lastimaran”, agregó.
“Tengo aprensiones de que sea transparente esa voluntad de normalizar relaciones y que no se trate de un intento mañoso para, detrás de eso, como un Caballo de Troya, dar un “golpe suave” contra la Revolución Cubana”, expuso.
Aseveró que el levantamiento del bloqueo beneficiaría a la economía cubana. “¡Claro que nos beneficiaría! Increíblemente el mercado está cerca de ellos allí también. A ellos también les beneficiaría levantar el bloqueo. Además, los Estados Unidos, inconstitucionalmente, tiene prohibido que los estadounidenses viajen a Cuba. Ha permitido que algunos viajen no como turistas sino dentro de una categoría que sea justificada. ¡No! Lo que debe levantar es la prohibición para que estadounidenses viajen a cuba, como cuando van a cualquier otro país”, sostuvo.
Sin odio a los estadounidenses
Aclaró que en Cuba no hay un sentimiento antiestadounidense, sino más bien un sentimiento antiimperialista. “Los norteamericanos son vistos en Cuba con la mayor naturalidad. Nosotros no odiamos a los norteamericanos, no hay ninguna razón para odiarlos, pero sí odiaríamos y lucharíamos hasta el final contra una intervención de Estados Unidos, que con un poder militar increíble tratara de ocupar la isla. Esa es la diferencia: que tú vayas como amigo y otra es que vayas como invasor, ocupando territorios, violando soberanías y derechos”, exclamó.
Recordó con agrado que cuando todos los países de América Latina rompieron relaciones con Cuba, tras presiones estadounidenses, México fue el único país en no hacerlo. “Resistió a todas las presiones de Estados Unidos... México siempre fue un refugio del movimiento revolucionario cubano y latinoamericano. Aquí estuvieron (José) Martí, Fidel (Castro) y (Ernesto) “Che” Guevara”, expresó.
Díaz Arcia participó en la Revolución de Cuba, en 1956, contra el gobierno del derrocado dictador Fulgencio Batista. “Me incorporé con 17 años. Era estudiante. Estaba estudiando el bachillerato y ahí llegó un manifiesto del movimiento del 26 de julio que Fidel (Castro) hizo desde aquí de México, en el año 1955, y ese manifiesto llegó a Cuba el 8 de agosto de 1955. Cuando llega ese documento, un compañero me lo dio a mí y lo leí. En ese manifiesto Fidel anunciaba que iba a hacer una expedición hacia Cuba. Yo empiezo a mostrárselo a algunos amigos, y así empezamos a nuclearnos alrededor del programa de Fidel, por el ideario, pues es lo que queríamos: salud para los niños, escuelas para los estudiantes, salud y educación gratuita para todos. No queríamos ser un apéndice de Estados Unidos, queríamos una reforma agraria profunda, una reforma de vivienda para que los que rentaban casas fueran propietarios de ellas, que se intervinieran los grandes latifundios. Yo estaba de acuerdo con todo eso”, recordó así el inicio de su participación en el Movimiento Revolucionario de Cuba que a la postre encumbró a Fidel Castro como primer ministro de ese país caribeño a partir de 1959 y hasta el año 2008, año en que transfirió a su hermano Raúl Castro los poderes de la nación.